Se contaban historias sobre sus enfrentamientos con la policía, siempre dispuesto a defender a sus compañeros del mundo de la bohemia (principalmente negros y homosexuales como él) de abusos e insultos.
[2] En otra ocasión, un Satã bajo los efectos del alcohol combatió en solitario a nada menos que 24 agentes, enviando a siete de ellos al hospital, dos de ellos con brazos rotos y dos con rupturas hepáticas, y obligando al resto a dejarle marcharse por no abrir fuego contra él.
[3][4] Fue preso en varias ocasiones, la primera vez en 1928 por el asesinato de un policía, cumpliendo condenas en Ilha Grande que sumaron en total 27 años de su vida.
[6] Dejando siete hijos adoptivos tras de sí, su leyenda pasó a la historia como un icono revolucionario de los barrios bajos del país, en una época en la que pobres, negros y homosexuales eran considerados dañinos para la sociedad y merecedores del mayor desprecio.
La historia de João Francisco dos Santos fue contada en la aclamada película Madame Satã (2002), dirigida por Karim Aïnouz.