Macuquina

No obstante tales máquinas, complejas para su época y de fatigoso transporte, no fueron disponibles en América sino hasta empezado el siglo XVIII y los primeros siglos de la colonización española fueron sustentados en la moneda macuquina.

Para fabricar moneda macuquina se empleaban los siguientes procedimientos: Otra forma de obtenerlas era cortar a golpe de martillo porciones del extremo de una barra metálica para obtener fragmentos para batirlos posteriormente y obtener los que vendrían a ser cospeles para luego estamparles a golpe el troquel.

La mala calidad de los cuños y su aplicación manual causaban que las siglas del ensayador (requisito ordenado por las leyes españolas) no siempre aparecieran sobre la moneda o que faltase la fecha de emisión, con lo cual resultaba imposible conocer quién era el ensayador responsable de los defectos que pudieran descubrirse en cada pieza.

España empezó con la ceca de Segovia en 1585, donde se estableció por orden del rey Felipe II la acuñación a rodillo, y luego en el siglo XVII se impuso en las cecas peninsulares la acuñación por prensa de volante.

Pese a estos casos, el nuevo sistema fue adoptado en los años siguientes por todas las colonias hispanas hasta que el año 1767 tras gran resistencia y muchas demoras la Real Casa de Moneda de Potosí acuñó las últimas macuquinas del imperio colonial español dando paso a la fabricación mecanizada de monedas.

Macuquinas