Ahora bien, el gobierno mexicano del presidente Lázaro Cárdenas otorgó un apoyo decidido a la República Española: en la medida de lo posible envió material bélico a los republicanos o recursos para adquirirlos en otros países.
México abrió sus puertas para dar asilo político a los miles de ciudadanos republicanos exiliados y rompió relaciones diplomáticas con la dictadura de Franco, mientras que reconoció siempre al gobierno republicano en el exilio.
[5] Muchos de los republicanos españoles que llegaron a México eran intelectuales y profesionistas reconocidos.
De los exiliados que se asilaron en México, sobresalieron por su trabajo cultural León Felipe y Joaquín Xirau, entre otros.
Este gran conflicto internacional tuvo grandes repercusiones políticas y económicas en todo el mundo.
En México se llegó a reflejar de manera positiva; pues al no involucrarse en el conflicto los países más industrializados en ese entonces, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Alemania, Italia y Japón; dejaron de vender a México productos industrializados.
Ello obligó al país a desarrollar su propia industria interna para luego protegerla.
Además durante la guerra los países involucrados compraron a México productos agrícolas y mineros, además de intensificar enormemente la venta de petróleo fomentando así la reactivación económica hasta la etapa conocida como el milagro mexicano.
Las relaciones que consolidó México con los Estados Unidos también tuvieron una importante incidencia en los ámbitos económicos, políticos y sociales de ambos países.
La Segunda Guerra Mundial forzó a los Estados Unidos a solicitar el apoyo del gobierno mexicano, con lo que se lograron resolver las cuestiones pendientes resultantes del conflicto generado por la expropiación petrolera, y se levantó el bloqueo económico que Estados Unidos e Inglaterra habían impuesto a México derivado de este conflicto.
Así, en 1942 son torpedeados los buques petroleros mexicanos Potrero del Llano y Faja de Oro, por lo que el gobierno protesta sin respuesta ante los gobiernos del Eje, ya que los navíos eran de un país neutral.
El Escuadrón quedó encuadrado en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, aunque con mando y bandera propios.
Este modelo fomentó el desarrollo de la industria nacional, apoyando con subsidios y medidas proteccionistas a esta industrialización.
En estos años el crecimiento del producto interno bruto (PIB) fue mayor al 5%.
Sin embargo, los beneficiados por el milagro mexicano fue la minoría en las ciudades industrializadas y en la burocracia gubernamental.
Esta situación generó una gran tensión internacional con el temor de un nuevo conflicto mundial bélico; por esta razón se le llamó a este periodo Guerra Fría.
Durante este periodo, muchas de las naciones poco desarrolladas económica y tecnológicamente, los llamados países del Tercer Mundo, tuvieron que someter su actividad internacional, política y económica a uno de los Bloques contendientes: el Capitalista (Derecha) o el Socialista (Izquierda), alineándose con uno dependiendo de la ideología predominante en sus gobiernos.
Aunque México nunca ingresó como miembro oficial del MPNA, pues se mantuvo dentro del bloque capitalista[cita requerida], su política internacional de no intervención y respeto a la autodeterminación lo llevaron a ser hasta la actualidad miembro observador de dicho movimiento.
En América Latina, Cuba se mantuvo alineada al bloque soviético, mientras que se dieron varios intentos de instaurar regímenes socialistas por parte de muchos países latinoamericanos (incluido México).
México se encontraba en un dilema ante esta situación, pues por un lado el gobierno priista se jactaba de ser un gobierno de valores revolucionarios a favor de los sectores obreros y campesinos; pero, por el otro lado, la cercanía con Canadá y los Estados Unidos, ambos con una arraigada historia capitalista y con quienes firmaría el TLCAN, se obligaba a apegarse a sus intereses.
[17] Tal es el caso del movimiento sandinista en Nicaragua; en el que México, fue uno de los países de América Latina más interesados y comprometidos en brindar apoyo tanto al movimiento revolucionario como a la consolidación del mismo, cuando este logró derrocar al dictador Anastasio Somoza, en 1979.
El estado mexicano apoyó con varios recursos al movimiento insurreccional, a la vez que recibía asilados de la guerra en su embajada en Nicaragua, protegiendo también a la sociedad civil, muchos de los cuales eran miembros activos del FSLN.
[18] La Revolución cubana, encabezada por Fidel Castro, recibió el apoyo de México durante y después del conflicto; e incluso dando asilo político a Castro en su exilio de Cuba, para preparar un grupo guerrillero con el cual volver a la lucha Armada en Cuba.
El embajador de México en Chile, Gonzalo Martínez Corbalá, se encargó de sacar a la familia del fallecido presidente Allende, incluyendo a su viuda Hortensia Bussi, del país en un avión que envió el presidente Luis Echeverría.
Esta crisis conllevó a un acusado incremento de los precios del petróleo en todo el mundo.
Sin embargo, el colocar al petróleo como eje del desarrollo nacional, tuvo posteriormente terribles consecuencias.