Una vez realizada la traducción automática de un texto, es necesario evaluar su calidad.
Por ejemplo, en un sistema que traduzca frases a varios idiomas dentro de un programa de chat multilingüe, será suficiente con una traducción que permita entender el texto resultante.
No existe una medida perfecta para evaluar una traducción, por lo que se utilizan distintos métodos, cada uno con sus ventajas y desventajas.
Pertenecen a esta clase los métodos en la que no sea necesaria la valoración de la traducción por un ser humano.
En estos métodos, los humanos intervienen en la valoración de la traducción.