Al aplicar el método clínico se está elaborando y construyendo el conocimiento médico.
La especie humana crea cultura, esto es, formas de transformar e interpretar el mundo.
Diagnosticar es reconocer y es una actividad cognoscitiva del médico, que comienza tan pronto como se encuentra con el paciente.
Aplicar el modelo médico integral (holístico) es tener en cuenta los espacios del sujeto en lo biológico, psicológico y social.
Por lo tanto, cada exploración médica tiene figura y contenidos propios que le otorgan una singularidad.
A partir del encuentro mismo, comienza una secuencia de conjeturar una hipótesis que permita explicar teóricamente la problemática planteada.
La observación desarrollada por el médico es permanente, "todo el tiempo", en su búsqueda de signos y síntomas claves (semiología), a lo cual se debe agregar la respuesta del paciente, y que en conjunto forman parte de la hipótesis que se establece (hipótesis del proceso salud-enfermedad-atención contextuado).
Esto habitualmente se desarrolla en un consultorio, pero puede ocurrir en el hospital durante una internación, en el hogar en la visita domiciliaria, aula, espacio comunitario, geriátrico, etc.
La actitud médica pretende ser de conocimiento, sentimiento y operación, para poder construir un diagnóstico integral.
Desde Hipócrates no se describe otro espacio para el médico que tenga esta dimensión y protagonismo.