[1] Constituye la obra principal de Lavoisier junto con el Tratado elemental de química,[2] publicado dos años más tarde, que se apoyaría sobre sus descubrimientos.
La versión impresa se presenta como un informe oficial, certificado “conforme al original y según el juicio de la Academia”, por el mismo Marqués de Condorcet.
En efecto, el florón impreso del primero representa una especie de diablillo sentado al pie de un árbol y leyendo un libro posado sobre un tronco, mientras que una preparación, referencia probable a un experimento alquímico, humea y bulle en un crisol al lado de él.
Guyton-Morveau se apega también a demostrar la visión universal de esta nueva nomenclatura, donde todos los nuevos términos poseen su traducción en latín, para su utilización común en todos los países.
La Sinonimia antigua y nueva por orden alfabético, compara los “nombres antiguos”, frecuentemente fantasiosos, presentados del lado izquierdo, con los “nuevos o adoptados nombres” a la derecha, en francés.
El Diccionario para la nueva Nomenclatura Química propone lo inverso de la primera tabla: Clasifica por orden alfabético los nuevos nombres (a la izquierda), y hace su correspondencia con los nombres antiguos.
La Academia concluye su reporte aprobando la tesis expuesta, pero reclamándose un juez más importante.
La Memoria sobre los nuevos Caracteres a emplear en Química, obra de "MM.
Combinaciones 2 a 2 de algunas sustancias distintas al oxígeno” (32 x 19,7 cm), y finalmente la “5.ª Tabla.