En septiembre de 1934 fue encarcelado y en 1935 fue condenado con siete compañeros más por robo y asalto.
[1] Después de la victoria del Frente Popular en las elecciones generales españolas de 1936 fue liberado.
Consiguió pasar a la zona republicana y se incorporó a las milicias confederales como cabeza de centuria de la columna «Roja y Negra».
Aun así, posteriormente sería rehabilitado y se le concedió un puesto de mando.
«Esta es nuestra última protesta contra el fascismo», dijo Evaristo antes de estrechar el gatillo.