[1][2] La propuesta para que la Iglesia católica le diera el grado de mártires fue impulsado por los arzobispos Marcelino Olaechea y José María García Lahiguera, como por el Presbiterio Diocesano y el foro de Laicos.[7] Sin embargo, fue el papa Pío XI quien por primera vez se refirió a los religiosos muertos en la guerra civil española como mártires en su mensaje del 14 de septiembre del año 1936.[13] Si bien todas las religiosas fueron beatificadas por Juan Pablo II por el martirio y fusilamiento, la beata Carmen García Moyón no fue fusilada sino que prendida fuego en vida la noche del 30 de enero de 1937 en el Barranc de les Canyes.Gran parte de estas son restos óseos y pequeños relicarios.Entre los países que poseen estas reliquias se encuentran Estados Unidos, Australia, Nicaragua, Portugal, Costa Rica, Israel, Palestina, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Brasil, México,Argentina y Filipinas.