Lleva un espectrómetro de rayos gamma -GRS-, encargado del rastreo de elementos raros como el torio, potasio, hierro, uranio, oxígeno, magnesio, silicio, aluminio, calcio y titanio.
Algunos de estos experimentos serán obtenidos a tan sólo 10 km sobre la superficie lunar, permitiendo con ello una mayor exactitud en sus resultados.
Este hallazgo ha abierto una nueva era en los viajes a la Luna y hace pensar en la posibilidad de establecer bases lunares.
Hasta el momento los observatorios terrestres que estaban preparados para analizar la caída de la sonda no han detectado resultados positivos, quizás debido a que la nave no impactó donde estaba previsto.
La nave fue controlada por seis monopropelentes propulsores de hidrazina 22-Newton (dos a popa, dos adelante y dos tangenciales).