En las dos primeras, publicadas en 1637 y 1639, ocultó su identidad por el recelo con el mundo editorial, según la escritora Marie-Laure Acquier.
Pero para ello era necesario una regeneración que propugnó en dos vías: una civil, en los cuatro primeros libros de la Nobleza virtuosa y otra religiosa en sus dos últimos tratados sobre la verdad y la castidad.
ya que cada afirmación que hace la respalda con una referencia histórica o con la cita de un autor: Séneca, Epicuro, Zenón, Platón, Hesíodo, san Ambrosio, San Jerónimo, etc.[4] Ninguna de sus obras ha sido publicada de nuevo pese a su éxito en la época.
Por todo ello, su tono es pesimista ya que trata el aspecto moral por encima del político.
El tono es coloquial por la cercanía existente, diferenciando en los consejos según el género de sus hijos.
Se mezcla la teoría con la práctica trazando unas normas desde el amanecer hasta la noche.
[5] Entre la tercera y la cuarta Nobleza publicó en 1640 Elogios de la verdad e invectiva contra la mentira.
En ella, entre otros temas, alaba la literatura religiosa frente a la profana.
[5] Estas obras, ya disponibles en dominio público, se pueden leer en los siguientes enlaces: