[1][2] Vivió en Cuba hasta los seis años, cuando su padre decidió enviarlo a Mahón (Menorca) con su abuela materna.
[2] A los catorce años se convirtió al protestantismo a través de la lectura de la Biblia; pues ni en Cuba, donde había nacido, ni en Mahón, donde residía, existían congregaciones protestantes.
Sin embargo, nunca consiguió el permiso de las autoridades locales y falleció, en 1894, sin ver iniciada dicha obra.
Así, Wirtz se dirigió a Madrid para reunirse con el primer ministro Cánovas del Castillo.
[2] El debate suscitó un gran interés en el municipio y la asistencia fue muy superior al aforo del local.
[2] Las disertaciones se desarrollaron por turnos, en tono cortés, abarcando las diversas discrepancias teológicas entre ambas confesiones hasta que el abogado católico concedió a Wirtz la victoria argumental, quien finalizó la reunión con una oración.