Posteriormente, el argentino Claudio Borghi logró equiparar los cuatro campeonatos obtenidos por Santibáñez en la década de 1970.
Es recordado además por su verborrea y disputas con los medios de comunicación, como con ciertos periodistas como Marcelo Araya, Julio Salviat, Raúl Hernán Leppe, Edgardo Marín, Milton Millas y Julio Martínez, [7]entre otros, que lo llevaron a tener el apodo de Locutín.
Luego, tomó otro curso esta vez dictado por Luis Tirado, extécnico de la Selección Chilena.
En 1974, tras la mala campaña en Copa Libertadores, dejó al cuadro hispano por un breve lapso, haciéndose cargo de Deportes Ovalle, más regresó a Unión Española el mismo año 1974.
[12] Finalizada la participación del conjunto rancagüino en la Copa Libertadores 1979, deja la banca para hacerse cargo de la Selección Nacional, siendo reemplazado en O'Higgins por Orlando Aravena.
Dicha llegada fue con polémica, puesto que Santibáñez asistió a firmar su contrato con el cuadro laico en dependencias de La Moneda.
Allí se consagró campeón en la temporada 1985,[16] clasificando a la Copa Libertadores de América del año siguiente.
Luego pasó al Filanbanco, logrando el subcampeonato en 1987, donde además se le recuerda se recuerda un hecho anecdótico, en un partido del torneo de 1988, puso como centrodelantero al portero Israel Rodríguez; esto fue criticado por la prensa que calificó a Santibáñez como loco e irresponsable.
Volvió a dirigir en el extranjero: en Ecuador a Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo en 1995, y al cuadro catarí Al Arabi en 2000 el cual dirigió por 6 meses, renunciando tras denunciar la injerencia de directivos del equipo en decisiones técnicas.
Tras el Mundial, su proceso en la selección finalizó, con 14 victorias, 10 empates y 13 derrotas en un total de 37 partidos Clase "A", dejando su cargo.
[n 1] No es por creerme Eduardo Bonvallet, pero ese equipo de Santibañez estaba absolutamente pichicateado.
El equipo chileno logró la victoria por 2 goles a 0 en el Estadio Nacional, con goles de Carlos Caszely y Jorge Peredo, pero la noche anterior Santibáñez en conjunto con la dirigencia chilena, montaron un plan para chantajear a sus rivales.
Leonardo Véliz señala «y se les puso como anzuelo un grupo de niñas muy bonitas; algunos colombianos agarraron papa la noche previa.
(...) (En el camarín) Santibáñez pregunta quién se atreve a mostrarle la foto al Negro Zape.
Luego, repitió lo mismo para el caso de José Ernesto Díaz y ahí no recuerdo bien qué jugador aceptó.
[40] Según revela el libro Fuera de Juego: Breves Crónicas del fútbol chileno, durante la previa de un partido, Santibáñez dio la formación y la banca, dejando fuera a un jugador brasileño de buen físico y pelo rubio (Mario Baesso), quién cuando supo que no iba ni a la banca, le dijo al técnico «Don Luto, don Luto, ¿qué hago?
[41] En el libro Fuera de Juego: Breves Crónicas del fútbol chileno, Leonel Herrera indicó: «Marco Cornez tiene toda la razón: entre 1979 y 1982 casi te obligaban a doparte en la selección.
Lo mismo señaló Eduardo Bonvallet: «en el proceso al Mundial de España 1982 hubo doping».
[48] En ese mismo sentido, su compañero René Valenzuela señaló que «cuando bajó la U en 1988 estaba el hombre del maletín, pero eso venía de muchos años atrás».
[52] En 1989, en un partido clave para el Deportes La Serena, dirigido por Santibáñez, que peleaba la clasificación a la Liguilla Pre-Libertadores de esa temporada.
Uno de los jugadores estalló contra Santibáñez, quien le señaló que se despreocupara, pues no pasaría nada.
El técnico del cuadro chorero Eduardo de la Barra dijo: «(...) llegamos a ese partido con Wanderers, que venía con Luis Santibáñez.
Todos los partidos donde se peleaba algo eran con doping, pero ese día no llegaron a El Morro.
Un matutino de circulación nacional que pretendió seguir el caso, fue invitado por uno de los altos ejecutivos del medio, a bajar el perfil del caso, dado las buenas relaciones existentes entre estos y Santibáñez.