Luis Orgaz Yoldi

Fue desterrado por el gobierno de Manuel Azaña a Canarias, cuya sublevación dirigió.

Aun así, fue designado procurador en las Cortes Españolas durante la primera legislatura del período franquista.

[3]​ Regresa a la península y en 1926 es contertulio de Francisco Franco en la Gran Peña.

[5]​ Nada más proclamarse la Segunda República en abril de 1931, Luis Orgaz participó ya en las primeras reuniones conspirativas contra el nuevo régimen.

Organizó un despacho en el que se gestionaban compensaciones salariales para los oficiales que se acogían a los decretos de Azaña, con el fin de atraerlos hacia estas actividades subversivas.

El propio presidente Azaña conocía los rumores de un inminente golpe monárquico en el que estarían implicados Varela, Orgaz y Franco; como respuesta, Luis Orgaz fue finalmente detenido y confinado a Canarias el 16 de septiembre junto a otros militares implicados.

El 8 de marzo de 1936, víspera de su traslado a Canarias, el general Franco participa en la reunión celebrada en la madrileña calle del general Arrando, 19, estando presentes, al menos, Emilio Mola, Luis Orgaz, Rafael Villegas, Joaquín Fanjul, Ángel Rodríguez del Barrio, Andrés Saliquet y José Enrique Varela.

Se trata abiertamente la posibilidad de que fuera imprescindible un golpe militar, indicándose a Sanjurjo como el jefe más adecuado.

Según Luis Suárez Fernández, el apoyo incondicional tanto de Orgaz como Kindelán venía motivado por considerar a Franco como garantía de que la Monarquía sería reinstaurada, y no se equivocaron, salvo en el tiempo.

[16]​ Sin embargo, Orgaz y Kindelán querían una designación temporal restringida a la duración de la guerra.

El fondo de la cuestión es el claro propósito del general Franco de arrebatar a la Falange un monopolio político que además nunca había detentado.

[32]​ Los conspiradores monárquicos progresan en su acción dentro del Ejército, contando con la colaboración de algunos generales prestigiosos.

Franco consideró esta carta como un simple acto de indisciplina ante el que guardó silencio.

[38]​ Como si presintiera la ofensiva general contra su persona y su régimen que iba a desencadenarse con la primavera, Franco reajusta a primeros y mediados de marzo de 1945 sus cuadros de apoyo militar, que al menos aparentemente no habían vuelto a resentirse desde la Pascua Militar del año anterior.

Estaba claro que al pretendiente le interesaba por encima de todo un pronunciamiento militar.

[40]​ Pero Franco, que no perdía ojo a la conspiración monárquica, designó a Orgaz jefe del Alto Estado Mayor y Orgaz contestó al general Kindelán:

Al comentar este cese, Orgaz proponía en carta a Kindelán acentuar la soledad de Franco, y el propio cesado pensó en un momento en pedir el retiro.

Los tres coinciden en que el conde de Barcelona debe declarar públicamente su insolidaridad con Franco y sus nuevas Cortes Españolas.

[46]​ En 2008, fue uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo imputados por la Audiencia Nacional en el sumario instruido por Baltasar Garzón por los presuntos delitos de detención ilegal y crímenes contra la humanidad que supuestamente habrían sido cometidos durante la Guerra civil española y los primeros años del régimen de Franco.