Fue una leyenda en Racing Club, donde integró el histórico equipo dirigido por Juan José Pizzuti que se consagró campeón de la Primera División en 1966, y de la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1967.
Carrizo se destacó por sus reflejos y por la seguridad que le transmitía al conjunto.
Sólo no actuó en las siete primeras jornadas de aquel campeonato, en las que el puesto estaba en poder del soberbio Agustín Mario Cejas.
El equipo no logró un buen campeonato pero el hecho de haber llegado ya era una novedad y algo destacable en Talca.
Terminó su etapa futbolística en el Verónica, de la Liga Amateur Platense.