Luis Carlos Ruano llegó a su cargo en 1990, tras la inédita renuncia al cargo de su antecesor el Almte.
Mauricio Scheleske Sánchez, oficialmente por motivos familiares pero en realidad debido a varios escándalos en la dependencia.
Ruano mantuvo un perfil bajo que permitió superar los escándalos anteriores, sin embargo se caracterizó por llevar a cabo una limpia interna en los mandos navales y una reestructuración en la secretaría.
Asimismo sometió a consejos de guerra a diversos almirantes que lo hubieran atacado en años anteriores.
Permitió el reingreso en México de la leche radioactiva que había sido devuelta en Veracruz, y cuyos daños se reflejan al día de hoy.