Considerado un renovador del género por sus trazos sintéticos y expresivos que publicó en la prensa catalana (hasta 1912) y madrileña (hasta 1936).
[1] En Madrid comenzó trabajando para La Tribuna.
[2] Se convirtió en una de las principales firmas de la revista España y el diario El Sol, además de colaborar en Crisol y Luz.
[2] Al estallar la guerra civil regresó a Barcelona para dibujar en el diario La Vanguardia.
Se exilió en París y en La Habana, a donde llegó gracias a la ayuda de la escritora Flora Díaz Parrado,[4] y donde falleció a los pocos meses de su llegada.