Lucrecia Maldonado

Entre sus obras más importantes destaca la novela Salvo el calvario, ganadora en 2005 del Premio Aurelio Espinosa Pólit.

Su padre, Carlos Maldonado Paredes (Quito, 1927) es un arquitecto, graduado en la Universidad Central del Ecuador.

Trabajó en instancias del Gobierno ecuatoriano, así como en la docencia universitaria en la Universidad Central.

Su madre, Martha Rodríguez Paredes (Quito, 1934 - 2011) estudió Trabajo Social en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Además, al criarse en un entorno adulto, donde se leía mucho, desarrolló gusto por la lectura que la aprendió desde su corta edad.

[1]​ En su adolescencia escribía cuentos inspirada en situaciones que encontraba cotidianamente con un perro dibujado persiguiendo una mariposa o simples poemarios de amor.

Con el primero, su ópera prima en el género novelístico, obtuvo el premio Aurelio Espinosa Pólit, el premio literario más importante de su país, Ecuador, correspondiente al año 2005, otorgado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

[8]​ El lenguaje utilizado por Lucrecia Maldonado es sencillo, espontáneo característico del código oral, de igual manera los temas de los escritos son cotidianos en los cuales describen las etapas de un ser humano como la vejez o incluso la muerte y también describe los sentimientos que experimenta el ser humano como el amor, la tristeza, el gozo etc.[9]​ En todas sus narraciones, se evidencia la identidad ecuatoriana puesto a que se ubica en los entornos de la sociedad y la cultura del pueblo ecuatoriano.

Los distintos elementos que plasman la identidad cultural ecuatoriana toman vida en lugares pertenecientes a la geografía del Ecuador e incluso los ubica en sectores reales de Quito coincidiendo con algunos otros escritores contemporáneos tales como: Aminta Buenaño con su obra Mujeres Divinas, Edgar Allan García en su obra El cucurucho de san Agustín, Jorge Queirolo Bravo con su obra La guerra del cóndor, entre otros[9]​.