Lucio Quincio Cincinato (en lat., Lucius Quinctius Cincinnatus) (519 a. C.-430 a. C.) fue un patricio, cónsul, general y posteriormente dictador romano durante un breve periodo por orden del senado.
Terminado casi el trabajo, Cincinato ordenó a los suyos que profirieran gritos de guerra.
Cumplida su misión, el dictador se despojó de la toga orlada de púrpura, transcurridos apenas seis días, y aunque aún podía prolongar el poder durante seis meses, se reintegró a su arado.
Hombre riquísimo, al ser Roma afligida por el hambre pensó que podría apoderarse del mando gracias a su fortuna.
La situación era tan desesperada que, según Tito Livio, había quienes se arrojaban al Tíber para acortar sus sufrimientos.
Desde luego, Melio tenía intenciones ambiciosas e inconfesables y las autoridades pronto obtuvieron pruebas de su culpabilidad.
Melio comprendió que aquella citación era sospechosa y huyó pidiendo protección al pueblo.
Después, relató los hechos a Cincinato y éste le dijo: "Cayo Servilio, ¡Gracias por tu valor!