Lucio Torio Balbo

Fue legado en Hispania durante el proconsulado de Quinto Cecilio Metelo Pío y conocido asimismo gracias a las referencias dejadas por Cicerón.

Tenía sin embargo en cuenta su salud: practicaba los ejercicios físicos necesarios para estimular su sed y apetito en la hora de cenar, se alimentaba con los más exquisitos manjares que a la vez fueren de fácil digestión.

Bebía vino por placer pero no al punto que fuere nocivo para su salud.

[1]​}} Montaigne se refiere asimismo a él en sus Ensayos (libro III, cap.

[a]​ Sus monedas se conservan todavía hoy en día como piezas de colección.