Gracias a su primer libro infantil, gana en 1980 la Hucha de Plata por su cuento Un Lugar para Dioni.
Autor, 1981) –en el que se incluye este relato— mereció la recomendación de UNICEF y marca su reconocimiento definitivo como escritora, recibiendo varias menciones honoríficas, y quedando finalista en múltiples certámenes tanto en literatura infantil como para adultos.
Desde ese momento distintas editoriales se interesan por su obra, hasta el punto de haber sido incluida varias veces en antologías locales y nacionales.
En sus novelas los protagonistas son a menudo niños, lo que desvela su amor por la infancia, desbordado en su obra para el público infantil.
Además colaboró con la Editorial Santillana en los libros de lectura para escolares con poesías y textos cortos.