En 2012 retornó de su préstamo a River Plate pero no sería tenido en cuenta por su entrenador, Matías Almeyda, y regresaría nuevamente a Tigre, que compró el 50% de su pase.
Se convirtió en un pilar fundamental en la defensa del Matador, tanto en los torneos internacionales que le tocó disputar, como en campeonatos locales, completando excelentes actuaciones en el sector izquierdo de la defensa.
Las ofertas no tardaron en llegar, y por eso retenerlo fue casi imposible.
[5] El balance de su primera temporada fue muy positivo, con el equipo en una muy buena dinámica y con gran solidez defensiva junto a futbolistas como Nicolás Otamendi, Shkodran Mustafi o José Luis Gayà.
Participó en 22 de los 38 encuentros del campeonato y, a pesar de que solía ser suplente del joven Gayà, tuvo actuaciones con gran concentración defensiva yendo al choque, como en la victoria frente al Real Madrid en la 17.ª jornada.
No se puede decir lo mismo de su segunda temporada, ya que tuvo un rendimiento muy discreto en las primeras jornadas hasta que el técnico Nuno Espírito Santo dejó de contar con él.
El nuevo técnico Gary Neville lo probó en siete encuentros pero seguía sin convencer, y por ese motivo el nuevo director deportivo Jesús García Pitarch optó por buscarle una salida en forma de cesión.