Lowell Lee Andrews

Jennie Marie miraba la televisión junto a sus padres, mientras que Andrews estaba arriba, en su alcoba, leyendo Los Hermanos Karamazov.

Su madre balbuceó e intentó acercársele, pero Andrews le disparó tres veces más hasta quitarle la vida.

Tras abrir la ventana, intentando que el crimen pareciera un robo, Andrews abandonó la casa y condujo hacia Lawrence, un pueblo cercano.

Condujo hasta su apartamento para establecer una coartada, alegando que había tenido que recoger su máquina de escribir para redactar un ensayo y fue después al cine Granada, donde vio Mardi Gras (1958), protagonizada por Pat Boone.

Cuando la policía llegó, notaron que Andrews parecía despreocupado por la muerte de su familia, esperándoles en el porche jugando con su perro.

En dicha novela, Capote recoge el testimonio de Richard Hickock, quien declaró que Andrews dedicó las tardes previas a su ejecución a fumar puros, beber Coca Cola y escribir poemas.

La tarde en que fue conducido a la horca, el joven le entregó a Hickock un pequeño papel en donde escribió el siguiente fragmento: la pompa del poder y toda esa belleza, toda esa riqueza recibida aguardan juntos la hora inevitable: En las últimas páginas de A Sangre Fría, Hickock, en voz de Capote, declara lo siguiente sobre Andrews: —Pero para la edad que tenía es la persona más inteligente que yo he conocido.

Una vez le estreché la mano al presidente Truman en el vestíbulo del Hotel Muehlebach.