En 1635, el cardenal Richelieu intentó atraer la atención del rey Luis XIII hacia Louise con el fin de contrarrestar la influencia que Marie de Hautefort tenía sobre el monarca.
No obstante, el rey poseía fuertes principios religiosos que le hacían mostrarse totalmente opuesto a las relaciones extraconyugales, motivo por el cual su relación con Louise no tuvo el éxito esperado, sintiéndose el rey atraído por su inocencia y pureza y convirtiéndose Louise en su confidente.
Cuando el rey confesó su resentimiento hacia Richelieu, Louise, en vez contar dicha confesión al cardenal, alentó al rey a hacer frente al poder de Richelieu.
Richelieu interceptó las cartas y mediante omisiones y falsificaciones logró destruir la mutua confianza que ambos se tenían.
Este hecho fue lamentado por la reina Ana, quien había logrado reconciliarse con Luis XIII gracias a la influencia de Louise.