El intenso cuidado de Javier por Luisa le parece sospechoso a María.
Mientras escucha una conversación, constata la conexión que evidentemente existe entre la muerte de Miguel y Javier.
La historia, que se desarrolla casi sin acción externa, tiene lugar cada vez más en la mente del personaje principal.
[1] El coronel Chabert, quien es declarado muerto durante las guerras napoleónicas y regresa años más tarde a su esposa, que está recién casada, es repudiado como vivo y considerado un lastre en el presente.
El nuevo matrimonio es a la vez principio y fin, para poder renunciar al amor anterior, que no es infinito sino pasajero.
Cuando nos miramos al espejo, creemos reconocer en él nuestro rostro habitual, pero eso es engañoso: ya no somos los que éramos ayer."
[4] Alberto Manguel elogió la obra: "Los temas clásicos del amor, la muerte y el destino son explorados con elegante inteligencia por Marías en la que quizás sea su mejor novela hasta el momento [...] “Una vez que has terminado una novela”, le dice Díaz Varela a Dolz, “lo que en ella sucedió es de poca importancia y pronto se olvida.
Cuando su propia vida romántica, brillantemente imaginada por Marías, la deja con la viuda del hombre asesinado, Luisa, un asesinato aparentemente al azar se convierte, inexorablemente, en una historia mucho más oscura de homicidio calculado.
"Nadie me va a juzgar", dice al final con una despreocupación condenada, "no hay testigos de mis pensamientos".
Además, muchas veces somos solo un sustituto de alguien que ha muerto o ha dejado a nuestra pareja.
[7] Los enamoramientos ha sido traducido a 18 idiomas y fue elegido Libro del Año 2011 en España.
[8] En 2012 recibió el Premio Nacional de Narrativa, pero se negó a aceptarlo, aduciendo que la razón principal es su voluntad de no querer ser etiquetado como autor "favorecido por este o aquel Gobierno".