Los duelistas destacó por su gran calidad visual; la iluminación y la fotografía tienen un papel muy importante en esta obra.
Bajo la presión del alcalde, el general de brigada Treillard (Robert Stephens) envía al teniente Armand d'Hubert (Keith Carradine), también un húsar, para poner a Feraud bajo arresto domiciliario.
Como la detención se lleva a cabo en la casa de una dama local prominente (Jenny Runacre), Feraud lo toma como un insulto personal de D'Hubert y lo reta a un duelo.
Durante la recuperación, D'Hubert toma lecciones de un maestro de esgrima y, en el próximo enfrentamiento, los dos hombres luchan entre sí hasta desfallecer, sin haber quedado zanjado el duelo.
Consciente de que ya no hay impedimento para un nuevo enfrentamiento, pues los dos tienen el mismo rango, D'Hubert intenta escapar.
En este duelo pelean a caballo, y D'Hubert gana, dando a Feraud un corte en la frente que sangra en gran medida hacia los ojos y le impide continuar.
Cuando escucha esto, Feraud, también ahora general de brigada y líder bonapartista, declara que D'Hubert es un traidor al emperador.
Feraud es detenido y se espera que sea ejecutado por su participación en los Cien Días, pero D'Hubert se acerca al ministro de la Policía José Fouché (Albert Finney) y le convence para liberar a Feraud, sin revelar su intervención en el indulto.
Esta revancha y muchas otras ocasionaron finalmente más de treinta duelos durante los siguientes diecinueve años, en los cuales lucharon a caballo, a pie, con espadas y con sables.