Asimismo, posee un texto de contraportada escrito por Héctor Pavez.
[5][6] Según cuenta Luis Araneda: «Don Rubén me dijo: ‘Si vendemos quinientos ejemplares hacemos otro disco’... Vendimos Nueve mil», y al año siguiente grabaron su siguiente long-play.
Dado el éxito de su primer disco, EMI Odeón produjo, tan solo un año después, el segundo disco de Los Chileneros: La cueca brava (1968).
En este ya no participó Eduardo Mesías, quien se desvinculó de la agrupación apenas terminada La cueca centrina.
También Raúl Lizama se había separado y no figuró inicialmente en el proyecto de este nuevo álbum; sin embargo, se reincorporó una vez iniciado el proceso de grabación.