Los Charlines

Los inicios del clan están en el estraperlo, el contrabando de alimentos y otros productos durante el franquismo.

A partir de 1975 el clan mantuvo negocios introduciendo chatarra y penicilina en España desde Portugal.

En 1994 fue asesinado Manuel Baúlo, jefe del clan de los Caneos, que había colaborado con Garzón pasando información.

El grupo fue reduciéndose por el acoso policial y judicial, siendo el tráfico de heroína el último negocio del que fueron acusados.

Tres años después el Tribunal Supremo revocó parcialmente el fallo, rebajando la condena de Manuel Charlín y absolviendo a su hija Teresa.