En el Antiguo testamento el altar era el lugar donde se realizaban los sacrificios a Dios, por lo que quienes realizan esta práctica entienden el "llamado al altar" como el acto mediante el cual los nuevos creyentes se ofrecen a sí mismos a Dios, de acuerdo a su interpretación de Romanos 12:1 que dice: El llamado al altar se suele realizar al final de las reuniones y se denomina así aunque en ocasiones el lugar en que se realiza no sea un templo con un altar.
Entre los predicadores que acostumbran a realizar esta práctica están Billy Graham, Benny Hinn y Cash Luna.
Una vez que los nuevos creyentes han pasado adelante, los predicadores suelen invitarlos a recitar la oración del pecador con la finalidad de recibir la salvación eterna.
En las Iglesias pentecostales, el altar es el lugar donde las personas pueden arrepentirse de sus pecados y orar para recibir el bautismo en el Espíritu Santo (el cual suele ser acompañado por la señal de hablar en lenguas).
El altar es también el lugar al que los creyentes se acercan a orar por sus necesidades y para ser "tocados" por Dios.