En 1621 el obispo católico de Sappa, Pjetër Budi (1566-1623), escribió Speculum confessionis y Dictionarium latinum-epiroticum, diccionario albanés-latín, que fue terminado en 1635 por su discípulo Freng Bhardi (1606-1689).Pero hasta 1685 no será imprimido el primer libro en albanés, el Cuneus prophetarum de Pjetër Bogdani (1625-1689).Además, la carencia de tradición literaria propia facilitaba que los musulmanes albaneses se educaran en turco, los católicos en italiano y los ortodoxos en griego.Durante las dos primeras décadas se fundaron numerosas revistas fuera del país, como Albania (1897-1900) en Bruselas y Londres; el bimensual Drita (1901-1908) en Sofía, el mensual Besa (1904-1907) en El Cairo; Dielli («Solo», 1909) en Boston; Studeti Shqiptar (1929) en Turín; Dituria («Sabiduría», 1909-1929) en Salónica; Hylli e Drites («Estrella de la mañana», 1913-1944) por los franciscanos de Shkodër; Shqiperia e Re («Nueva Albania», 1919) en Bucarest; Leka (1929-1944) en Shkodër; y Dialeria (1920) en Viena.Mientras otros autores, cómo Llazar Siliqi (1924), autor de los poemas Prishtinë (1949), Rruga e lumturisi («Calle de la felicidad», 1950), Ringjallya («Resurrección», 1961), Mesuesi («Maestro», 1955) y Thirrja e zemres («El grito del corazón», 1956), y Aleks Caçi, publicaban en la clandestinidad.); Stefan Gjeçov (1894-1929), con Agimi e gjytetniis («La aurora de la civilización»); Millosh Giergj Nikolla Migjenj (1911-1938), con los poemas Vargjet e lira («Versos libres», 1936); el jesuita Ndre Mjeda (1866-1937), quien participó en el Congreso de Monastir; Foqunon Postoli (1889-1927), con Por mbrojten e atdheut («Por la defensa de la patria», 1919) y Lulja e kujtimit («La flor del recuerdo», 1922); Luigj Gurakuri (1879-1925) poeta de carácter político asesinato en Bari, con Vargënimi n’gjuhë Shqype («Versificación en lengua albanesa», 1906); el cura patriota Ndoc Nikaj (1864-1946), con los cuentos Bukurusha («La bella», 1918) y Lulet në thes («Las flores en el saco», 1918); Llazar Shantoja (1892-1945); Ali Asllani (1882-1966), poeta lírico y satírico; el ensayista Nondra Bulka (1906-1972) con Horizonte të reja për letersinë kombëtare («Nuevos horizontes por la literatura nacional», 1932) y Për një letërsi të re («Por una nueva literatura», 1936); Haki Stërmilli (1895-1953); Milo Duçi; L. Rrota; Z. Harapi; y H. Mosi.Al acabar la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los autores se apuntaron a la corriente del realismo socialista, donde destacarían en Albània Sterjo Spasse (1914-1989) con Ata nuk ishin vetëm («Ellos no estaban solos», 1952), Afërdita përsëri ne fshat («Afrodita nuevamente en la villa», 1960); Aleks Çaçi (1916) con el drama Marga Tutulani; Shevqet Musaraj (1916) con Çobo Rrapushi (1948) y Kënga e Ballit Kombëtar («La epopeya de Baile Kombetar», 1944); Sabri Godo; Zihni Zako ; y Kole Jakova, con los poemas Neronjt e Vigut («Héroes de Vigu», 1953) y Toka jonë («Nuestra tierra», 1954).Los arbëreshë de Italia, que editaban revistas como Katundi Ynë, de Demetrio Emmanuelle de Civita, Zeri y Arbereshvet y Zgjimi, se vieron reforzados en 1969 con la revista literaria Zjarre («Fuegos»), donde publicarían los autores Domenico Belizzi Vorea Ujko, con Mote moderne («Tiempos modernos», 1976); Xhuseppe Skiro di Maxho, con Sunata («Sonata», 1976); Francesco Solano Sushko Vetmo (1914), con Té proku («En el umbral», 1977); y Kate Cukavo, con Gabim («Error», 1982).Con respecto a Kosovo, después de la Segunda Guerra Mundial, con la creación de la Universidad de Pristina, se formaron círculos literarios y destacaron autores como Esad Mekuli (1916) con Per ty («Por ti», 1955), que marca una época en la literatura en Kosovo, Afsha ada (1971) y Brigjet («Las costas», 1981); el poeta Enver Gjerqeju (1928), con Gjurmat e jetes («Las huellas de la vida», 1957), Ashti ynë («Nuestro hueso», 1966), Bebezat e mallit («Discípulos del amor», 1960), Lumi y palodnur («Río inestancable», 1978) y Tinguj te zgjvem («Sueños renovados»); Ali Podrimja (1942) con Folja («El verbo», 1973), Credo (1976), Lumi, lumi (1982), Thirrje («Gritos», 1961), Dhimbë e bukur («Dulce dolor», 1963) y Hija e tokës («La sombra de la tierra», 1971); Sitni Imami, con Drejt diteve te reja («Hacia días nuevos»); Hivzi Sulejmani (1912-1975), con Nen myshk («Bajo el almizcle»); Anton Pashku (1937), con la novela Kulla («La torre», 1968), Tragime («Cuentos», 1961), Oh (1971) y Një pjesë e lindjës («Una parte del nacimiento», 1975); Jusuf Buxhovi (1946), secretario de la Unión de Escritores Kosovares; Fatmir Gjata (1922), director de la revista Nentori («Noviembre», 1982-1986) y autor de la novela Keneta («La palidez», 1962); y otros como Murat Isaku, Azem Shrkeli (1938), Din Mehmeti (1932), Fahredin Gurga (1936), Rhaman Dedaj, Muhamet Kerveshi (1935), Ahmet Koshutani, Beqir Musli, Tijar Hatipi, Vehab Shita, Zekeria Kexha, Besim Bokshi (1931), Hosip Rela, Ali Aliu, Ramiz Kelmendi, Namiz Rrahmani, Zenulah Rrahmani, Agim Vinca, Sabri Hamiti y el crítico Rexhep Qosja, con Shkrimtarë dhe pariudha (1975).En 2003, Pogradec, su ciudad natal y de la que su familia había sido expulsada cincuenta años antes, le homenajeó nombrándolo ciudadano honorífico.Después de la caída del régimen comunista, aparecieron nuevos escritores como Fatos Kongoli, Bashkim Shehu, Ridvan Dibra, Luljeta Lleshanaku, Agron Tufa y Ben Blushi.