La unidad Lisowczycy de caballería polaca (chorągiew) no recibía salarios normales, sino que en su lugar se les permitía saquear y someter a pillaje tanto como quisieran.
En la batalla confiaban en su velocidad y luchaban sin formaciones, buscando alimento suministros de las tierras por donde pasaban.
Estas acciones, entre otras razones, les valieron que el rey polaco Segismundo III Vasa hiciera lo posible para por mantenerlos lejos de la Mancomunidad.
Aleksander Józef Lisowski se convirtió en el líder de la resultante konfederacja - una sección del ejército que se amotinó y decidió obtener su salario mediante el saqueo de los civiles locales, sin importarles sin estos rendían pleitesía a Polonia o a Suecia.
No obstante, sería prontamente derrotado en Niedźwiedzi Bród, perdiendo la mayor parte del botín.
Tomó Pskov en 1610, enfrentándose a los suecos que operaban en Moscovia durante la Guerra de Ingria.
En 1615 Lisowski reunió a varios criminales e invadió Moscovia con seis compañías de caballería.
En ese momento la Lisowczycy se dividió: una parte, con Rogowski, decidió volver a Polonia, saqueando los altiplanos húngaros (Magyar Felvidék, desde 1920 es llamado Eslovaquia) en su camino.
Otros, bajo el mando de Jarosz Kleczkowski, permanecieron al servicio del emperador durante unos años más.
Su indisciplina y saqueos fueron legendarios, devastando las cercanas tierras del Sacro Imperio Romano Germánico, especialmente Silesia.
La población local a menudo creía que estaba siendo atacado por hordas tártaras o bárbaros no europeos.