Lisandro Ezequiel López

Su padre, Pedro López, también fue futbolista, jugó de zaguero central en Mataderos.

Jugó en Chacarita desde el año 2009 hasta 2010 y fue transferido al club de Sarandí.

Se destacó por casi lesionar a Ronaldinho con una patada en Copa Libertadores.

Además demostró su valía como cabeceador anotando tres goles de este tipo durante el curso.

El partido acabaría empatado 1-1, perdiendo una gran oportunidad de acercarse al puntero del campeonato Boca Juniors.

Ganó la titularidad rápidamente y se transformó en el guardián de la defensa xeneize.

En el año 2020 disputó 8 partidos con la camiseta del xeneize, marcó 1 gol y también ganó la Copa de la Liga.