Liquidador judicial

El liquidador es designado por una decisión judicial para reemplazar a los directores anteriores de una empresa.

En España, el 95%[1]​ y en Francia el 97% de las empresas concursadas termina en liquidación concursal (éstas no se recuperan).

«Los requisitos para ejercerla son prácticamente nulos», explica Diego Comendador, vicepresidente de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac) y socio del despacho que también lleva su nombre.

La finalización exitosa de dicho examen no garantiza el acceso a la profesión, ya que el solicitante debe registrarse en una lista elaborada por la comisión nacional de registro y disciplina.

Dichas inscripciones también están sujetas a la opinión del Consejo Nacional de la profesión.

En Francia el rol del liquidador judicial está definido por el código de comercio.