Lights of New York es una película del año 1928 dirigida por Bryan Foy y estrenada por Warner Brothers, que destaca por ser el primer largometraje con un 100% de diálogos sonoros de la historia del cine, utilizando el sistema de sonido Vitaphone.
Eddie (Cullen Landis), es un joven neoyorquino que desea trabajar en Broadway.
El arma del crimen pertenece a la corista, pero cuando el detective Crosby (Robert Elliot) está a punto de arrestarla, la verdadera asesina, la exnovia de Hawk, confiesa el crimen y se entrega a la policía.
Originalmente planeada como cortometraje musical, fue expandido en numerosas ocasiones hasta que acabó teniendo una duración de largometraje.
Sin embargo, presenta graves carencias de guion y de interpretación, también debidas a la falta de habituación a la nueva tecnología y a las sucesivas ampliaciones del metraje original.