Estas asambleas, autorizadas por el rey, debían servir también para recaudar el dinero necesario para sufragar el proceso.
[2] Por mandamiento real las sesiones no podían reunir más de 50 personas, y tenía que asistir siempre un oficial o delegado real, y un notario que levantara acta.
El año 1888, el historiador Julián de Chía lo mencionaba en su obra 'Bandos y bandoleros en Gerona' (volumen II, páginas 67 a 70).
El Libro del Sindicato Remensa es un manuscrito en papel, con cubiertas de pergamino, que mide 31,5 x 25 cm., y tiene 237 folios.
El Registro es un programa promovido por la UNESCO destinado a la protección, la preservación, el acceso y la difusión del patrimonio documental.