[4] Entonces Kang reunió a todos los jóvenes que iban a realizar los exámenes imperiales y en un gesto inaudito presentó una petición colectiva al joven emperador Guangxu, totalmente dominado por su tía la emperatriz viuda Cixi, para que rechazara el tratado e iniciara una serie de reformas al estilo del tanzimat del Imperio Otomano.En 1897 abandonó el periódico por discrepancias con su gerente y se puso a dar clases en un colegio reformista de Hunan.[13] Estas ideas antiimperialistas las desarrolló en los años siguientes —como la obra que escribió en 1901 que llevaba el sarcástico título de «Sobre las nuevas reglas para destruir países»—, señalando la importancia de los factores económicos en el imperialismo moderno.Por consiguiente, si queremos conseguir la libertad, no existe ningún otro camino: tan sólo podemos aspirar a ser fuertes ante todo», escribió—[15] que la aplicó a la decadencia de China, cuyas raíces había que buscarlas, según Liang, en la «autocomplacencia» y la «inercia» que le habían llevado a mantener «ciegamente» las mismas costumbres, principios y valores «desde hace más de tres mil años hasta hoy».Para él, era necesario que los manchúes y los han se mezclaran en búsqueda del perfeccionamiento de la sociedad china y, de esta manera, evitar que la "raza amarilla" sucumbiera ante la "raza blanca".En una carta que le escribió a Kang denunció la «mentalidad de esclavo» del pueblo chino y afirmó que el confucionismo ya no podía ser la única guía en un mundo donde «la guerra es la madre de todo progreso».Lang se mostró muy crítico con el funcionamiento del sistema democrático estadounidense del que denunció especialmente el populismo grosero al que solían recurrir los candidatos para conseguir ser elegidos, aunque alabó sus virtudes a nivel local.[…] Libertad, constitucionalismo y republicanismo son términos que significan el gobierno de la mayoría.[22] Sin embargo, esta postura le hizo perder adeptos entre los exiliados chinos que se decantaron cada vez más por la propuesta revolucionaria de Sun Yat-sen.Su primer presidente fue Sun Yat-sen pero a las pocas semanas el anciano general Yuan Shikai ocupó su lugar.Se cumplieron así los temores que Liang había expresado una decena de años antes.En Pekín los estudiantes se congregaron ante la embajada de Estados Unidos al grito de «¡Viva el presidente Wilson!» y enarbolando pancartas pidiendo que «se asegurara el mundo para la democracia».[30] En su vuelta al confucianismo criticó a los radicales chinos cuyas alternativas se basaban exclusivamente en las ideas occidentales, que, según Liang, estaban basadas en el culto a la «Señora Ciencia» que, si bien había hecho posible «el progreso material» de los últimos cien años que «había superado con crecer los logros de los tres mil años anteriores a ese período», no había traído la felicidad sino solo «catástrofes» como la que se acababa de vivir en Europa haciendo caer a los hombres «en el abismo de la desesperación».Afirmaba también que el ideal confuciano del ren, que enseñaba armonía y compromiso, era superior a la competitividad occidental, porque al fin y al cabo «la vida material es simplemente un medio para el mantenimiento de la vida espiritual» y «nunca debería tomarse como un sustituto del objeto al que sirve».«Nuestro problema es que, en las condiciones de este progreso científico sin precedentes, ¿cómo se puede aplicar el ideal confuciano del equilibrio para que todos y cada uno de los hombres vivan una vida equilibrada?».Cuando se marchó, el poeta comunista Qu Quibai escribió: «Gracias, señor Tagore, pero en China ya hemos tenido demasiados Confucios y Mencios».
Kang Youwei antes de 1906.
Tan Sitong
Caligrafía de Liang Qichao
El general
Yuan Shikai
, presidente de la República de China, en 1915.
Estudiantes chinos queman productos japoneses en señal de protesta por el mantenimiento del control de Japón sobre la
península de Shandong
.
Tumba de Liang Qichao en el Jardín Botánico de Pekín