Ley Salmón

[3]​Está considerada como la aportación más eficaz en materia de vivienda acometida en España en los años 30.

[3]​ Aunque el éxito de la Ley fue notable,[4]​ pues se llegaron a construir más de 3000 viviendas,[5]​ donde tuvo mayor repercusión fue en las ciudades con mayor población y mayor nivel de vida como Madrid, Barcelona, La Coruña, Málaga, Valladolid o Valencia.

En otras, como Almería, Badajoz, Cuenca, Gerona o León, más pequeñas y con menor nivel adquisitivo, no se presentó ninguna solicitud para construir viviendas de alquiler bajo el amparo de la Ley.

[1]​ Sus características generales recrearon el modelo racionalista ortodoxo, a veces trivializado, dotándolo de unos rasgos propios, con un carácter más popular,[3]​ distanciándose de la arquitectura dominante hasta el momento, despojándose de las referencias historicistas y aportando nuevos rasgos que, sin ser demasiado “modernos”, resultaban asequibles al gusto mayoritario.

[3]​ Desde el inicio, los edificios de la Ley Salmón constituyen conjuntos reconocibles, que caracterizan a determinados barrios, como Los Mallos o Las Atochas-Monte Alto en La Coruña,[8]​ con la participación de arquitectos como Santiago Rey Pedreira, Juan González Cebrián, Antonio Tenreiro Rodríguez, Peregrín Estellés, Rafael González Villar; o los del ensanche de Ibiza, O'Donnell o Argüelles en Madrid, con proyectos de arquitectos como Fernández Shaw, Luis Gutiérrez Soto, Arrillaga de la Vega o Ángel Laciana García.