En el análisis del contexto se señala que el mundo de la prostitución había colaborado con el ocupante durante la guerra.
[1] Animada por esta decisión, Marthe Richard inició una campaña de prensa para la votación de una ley que generalizaría estas medidas en toda Francia.
Al retirar las autorizaciones administrativas sin compensación a los inquilinos, la ley marca el fin del sanitarismo y la transición de una política regulatoria a una política abolicionista.
[3] Esta ley le valió a Marthe Richard el apodo de “veuve qui clôt» (viuda que cierra) un juego de palabras que hace referencia al champán Veuve Clicquot y las maisons closes (casas cerradas), el eufemismo con que se designaba a los burdeles.
[4] Se cerraron cerca de 1400 establecimientos, entre ellos 195 en París (177 establecimientos oficiales): los más conocidos prostíbulos de lujo como Le Chabanais, Le Sphinx, La Rue des Moulins, el One-Two-Two pero también las siniestras maisons d'abattage (en francés, mataderos) o burdeles comunes donde el servicio dura apenas unos minutos y la prostituta debía realizar los máximos posible a lo largo de la jornada como Le Fourcy y el Charbo.