Está situada sobre un altozano que domina la vega del río Arlanza.
Pertenece a la comarca del Arlanza, de la que es la población principal.
El relieve está muy determinado por el río Arlanza que cruza el territorio de este a oeste.
Posee conexiones diarias con diversas ciudades del norte de España como Burgos, Madrid, Santander, San Sebastián, Bilbao o Vitoria.
[2] Pese a no contar con servicios actualmente en funcionamiento, Lerma es una parada del ferrocarril directo Madrid-Burgos.
Se ha propuesto numerosas veces que se establezca un servicio de tren regional que una Madrid con Aranda de Duero, pasando luego por Lerma para después llegar hasta Burgos y enlazar con otros destinos como Vitoria o Valladolid.
Desde la Edad Media, la localidad es paso obligado en la Cañada Real Burgalesa, que une Extremadura y la sierra de la Demanda.
[13] En 2019 se celebra en la villa la XXIV edición de Las Edades del Hombre llamada «Angeli».
En su término y antaño pertenecientes a la antigua Comunidad de Villa y Tierra quedan varios enclaves, como El Bardal de 2275 hectáreas, exclave situado al norte del municipio.
La economía de la villa está basada principalmente en la agricultura, y el turismo dentro del sector servicios.
[20] Se realizaron 19 producciones, todas ellas con el mismo decorado: «la villa de Lerma».
Durante el mes de agosto, entre las actividades del Mes del Barroco, se realizan conciertos a dos órganos, en la iglesia colegial de San Pedro.
Las fiestas patronales se celebran el día 8 de septiembre y siguientes.
En Lerma existen tres conventos con monjas de clausura: las carmelitas de la madre Maravillas (de estricta observancia, 15 monjas muy mayores y ninguna novicia); las dominicas, (13 monjas y dos novicias) y Iesu Communio,[22] antiguas clarisas, un monasterio de vida contemplativa con 177 religiosas cuya edad media no supera los 30 años, hecho por el cual la villa ducal se ha hecho muy popular.
Se utilizó como mercado de transacciones, como coso taurino en las llamadas «fiestas del toro enmodorrado» (los toros eran rejoneados por los nobles y sin ser matados eran incitados a entrar en un callejón que conducía directamente al precipicio; así morían despeñados) y como corral de comedias.
En esta plaza se encuentran dos monumentos importantes: Palacio ducal y monasterio de San Blas.
Durante la guerra civil española se utilizó el edificio como cárcel.
A través de ella se entra al casco histórico, estando situada en el extremo oeste del municipio, paralela a la carretera de Madrid.
El duque consiguió que esta abadía dependiera directamente de Roma.
El retablo es barroco con seis imágenes del escultor Juan de Ávila.
Del mismo arquitecto que el Palacio Ducal, hasta el siglo XIX estuvo unido a este por un pasadizo volado de tres arcos.
Hoy parte del claustro alberga al ayuntamiento y en los bajos está la Oficina de Turismo.
El retablo es neoclásico con columnas de orden gigante y capiteles corintios.