Tocó a los dieciséis con la New York Philharmonic bajo la dirección de Pierre Monteux, quien lo definió como el hallazgo pianístico del siglo.
Se convirtió en uno de los pocos niños virtuosos en ser aceptados para estudiar con Artur Schnabel, y también estudió con Maria Curcio (1918 o 1919 - 2009), última pupila del anterior.
[2] Su brillante carrera quedó en 1964 limitada por una parálisis de la mano derecha.
Su vuelta a los escenarios como pianista completo lo convirtieron en ejemplo del espíritu de superación.
[5] En 2003, volvió al Carnegie Hall para dar su primer recital a dos manos en más de tres décadas, obteniendo un éxito clamoroso.