Después de la guerra, primero fue encarcelado, luego liberado; pero se le prohibió permanentemente ser juez.
[7][8][9] Hoy en día hay dos gimnasios que llevan su nombre: uno en Novo Mesto y otro en Maribor.
En los años siguientes se fundaron unos 50 clubes más, dada la gran popularidad de la gimnasia en aquel entonces.
Un día antes de su salida a Francia se hirió la mano, sin embargo decidió que participaría en la competición.
Aunque el juez insistió en que repitiera su rutina, logró su primera medalla de oro en barra fija.
En su pueblo natal fue recibido con entusiasmo y la gente le llevó en hombros desde la estación hasta la plaza principal.
Cuatro años más tarde se celebraron otros juegos en Berlín, donde recibió medalla de plata, otra vez en barra fija.
A finales del siglo XIX la gimnasia era bastante popular, por lo que fue incluida ya en los primeros Juegos Olímpicos de la Edad Moderna, celebrados en Atenas (1896).
A principios del siglo XX se organizaron competiciones nacionales e internacionales.