En su origen era un pequeño pueblo vinculado a la familia noble Sapieha y habitado por lituanos, aunque con el tiempo se asentaron aquí también polacos y judíos.
Tras las Particiones de Polonia de finales del siglo XVIII, el pueblo se incorporó al Imperio ruso.
En 1850, el pueblo fue comprado por la casa noble Tyszkiewicz, que en torno a 1885 construyó un palacio neotudor diseñado por Édouard-François André, y que actualmente es el monumento más representativo de la localidad.
En 1920 se incorporó a la Segunda República Polaca.
[2][3][4] Se ubica unos 10 km al oeste de la capital nacional Vilna.