Las primeras recomendaciones y explicaciones del lenguaje people-first ocurren cerca de 1960.
En el contexto de la obesidad, varias sociedades médicas estadounidenses han aceptado y emplean lenguaje de people-first, tales como la American Society for Metabolic and Bariatric Surgery, la Obesity Society, la American Society of Bariatric Physicians, la Academy of Nutrition and Dietetics, y la American Academy of Orthopaedic Surgeons.
Otros solo son aceptables en la medida en que se empleen razonablemente para diferenciar a las personas con cierta cantidad de visión.
Otros, como es el caso del lenguaje people-first, son inofensivos e inobjetables cuando se emplean en el lenguaje ocasional u ordinario, pero son totalmente inaceptables y perniciosos como forma de corrección política.
[3] En 1997, C. Edwin Vaughan publica un artículo repudiando el empleo del lenguaje people-first.
Luego, explica que, en un mundo ideal sin barreras para las personas con deficiencias, estas no serían rasgos importantes de su identidad.
Reivindica entonces el término “ciego” y propone el cambio en su connotación: ser ciego no es algo de lo que sentir vergüenza, sino que se trata de una condición meramente diversa.
[4] En la cultura sorda, el lenguaje de persona primero ha sido rechazado durante mucho tiempo.
[29] Muchas personas autistas y organizaciones dirigidas por ellos prefieren el lenguaje de identidad primero.
Referirse a mí como "una persona con autismo" o "un individuo con ASD" degrada quien soy porque niega quién soy.