Ejemplos típicos son el euskera, el georgiano y varias lenguas indígenas de América.A veces se considera la ergatividad como un fenómeno raro o remoto, principalmente por el hecho de que todas las lenguas europeas, a excepción del euskera, tanto las indoeuropeas como las urálicas, son de tipo nominativo-acusativo.E. L. Keenan (1984) demostró que el inglés posee rasgos de ergatividad semántica, también aplicables al español.Por ejemplo, el sentido de un predicado transitivo puede variar notablemente según del objeto directo:[2] En las oraciones (5) cortar se refiere a cosas muy diferentes.Los inacusativos (también llamados ergativos) tratan al sujeto de manera similar al objeto de una transitiva, esto se refleja en el orden: Obsérvese que aquí el sujeto muchos coches se coloca en posición post-verbal, que en español es típica del objeto.