Protagonizada por Laura Fraser, Adam Monty, Jeroen Krabbé, Isabella Rossellini y Maximilian Schell en los papeles principales.
La historia comienza con el relato que un hombre judío de apellido Silberschmidt (Maximilian Schell) le hace a su hija, Chaja (Laura Fraser).
Un viejo amigo le consigue trabajo de niñera con una familia judía ortodoxa, mismo que le cuesta aceptar y conservar debido al constante choque de convicciones entre la joven y la familia, en especial con el padre (Jaroen Krabbé).
Esta película tiene una perspectiva un poco diferente a la de todas las que hablan del Holocausto, en tanto no presenta toda la tragedia escenificada, sino muestra las condiciones de vida después del hecho en sí, y cómo esas personas afectadas intentan rehacer sus vidas, que hasta cierto punto se han quedado estancadas en aquellas partes del pasado.
Definitivamente está en contra de los prejuicios y los malos tratos que se les da a los judíos y Chaja es la parte revolucionaria, la parte luchadora en contra de tales acciones, mientras la mayoría se mantiene al margen, a pesar de que son asuntos que les conciernen a todos, no les importa como los traten, continúan con sus costumbres y sus reglas, pues son importantes para ellos.