En su faz profesional tomó diversas especializaciones y cursos pero en particular abrieron su vocación en esta nueva rama jurídica los tomados con el afamado genetista argentino Daniel Corach a partir de los cuales, se afilió en una corriente de juristas de elite, dedicados al Derecho genómico, convirtiéndose de esta manera en una de las pioneras latinoamericanas en la materia y en la primera mujer abogada argentina en dedicarse a la materia.
Ello le valió el reconocimiento académico de varias instituciones científicas y académicas de Latinoamérica y el Caribe.
Dada su labor, se trasladó a México en 2002.
En 2006 se naturaliza mexicana y es nombrada Miembro Experto del Observatorio Global de Ética y Bioética (GEObs) de la UNESCO como representante mexicana y de la CONABIO, México.
Además, desarrolla sus actividades profesionales como asesora gubernamental en varios Estados mexicanos y naciones, en materia de legislación y admisibilidad de la prueba genética en la esfera judicial y desarrollo de Bancos de Datos Genéticos Criminales y Poblacionales.