Aparte el gesto explícito, el laurel, además del nombre, también podría ser una referencia al arte de la poesía, por lo que la joven podría ser una cortesana y poetisa, una combinación que no resultaba extraña en la Venecia del Renacimiento y el Barroco.
Un nuevo tipo de retrato que luego será reinterpretado por Tiziano, quien añadirá la captación psicológica del modelo.
Tales recursos, desconocidos en el retrato veneciano del Quattrocento, los tomó de la pintura religiosa y serán extendidos por Tiziano, Palma o Bordone.
Destaca la técnica pictórica empleada por Giorgione, que creó la imagen a manchas, sin contornos claros ni un dibujo previo, directamente sobre el lienzo, con extrema libertad.
Pinceladas claras generan por ejemplo golpes de luz fresca y vivaz en detalles como la mano, como una extraordinaria anticipación del impresionismo.