Su padrino, el pintor Schimmelpreester, le ayuda entonces a conseguir un trabajo en un hotel de París.
Allí conoce a Zaza, que ya mantiene una relación con el marqués de Venosta.
Cuando sus padres amenazan con desheredarlo y enviar al marqués a un viaje alrededor del mundo, Krull emprende el viaje con una identidad falsa en lugar del marqués de Venosta, quien prefiere quedarse con su amante Zaza.
Krull es arrestado y para escapar de la prisión recurre a Kuckuck, quien duda porque, como funcionario estatal, no quiere hacer nada ilegal, pero cuando Krull le confiesa que estaba teniendo aventuras tanto con su esposa como con su hija en el momento del crimen y no quiere revelar esto a la policía, Kuckuck y su asistente Hurtado lo ayudan.
Krull toma una droga que provoca una rigidez similar a la muerte, se hace el muerto y el “cadáver” es entregado al profesor para fines de estudio, tal como lo ordena su testamento.
La hija de Thomas Mann, Erika, participó en la escritura del guion, también actuó como asesora y tuvo una influencia considerable en el rodaje.
[7][8] La película se desvía parcialmente del original literario, que quedó como un fragmento y nunca fue completado por Thomas Mann.
El final de la película se basa en una idea del guionista Robert Thoeren.
[6] El Reclams Lexikon des deutschen Films valoró la película positivamente ya que "Gracias al inteligente equilibrio entre la fidelidad a la obra literaria y su toque característico, el especialista en comedias Kurt Hoffmann supo combinar las agradables aventuras amorosas del protagonista con ingeniosos comentarios morales y, en la escena de reunión, incluso practicar la crítica satírica de la época y el militarismo" [12] Rolf G. Renner opinó que "La bastante entretenida... versión cinematográfica... está, sin embargo, en la tradición de las películas de entretenimiento contemporáneas, de las que no necesariamente se puede decir que tengan ambiciones artísticas.