Horst Buchholz

Durante la Segunda Guerra Mundial fue evacuado a Silesia y al final de la guerra vivió en una casa de acogida en Checoslovaquia, y regresó a Berlín en cuanto pudo.

Obtuvo un papel medianamente importante en Marianne de Ma Jeunesse (1954), dirigido por Julien Duvivier.

Su aspecto físico le posibilitó trabajar en filmes como Die Halbstarken (1956) o Las confesiones del estafador Felix Krull (1957), en la que fue protagonista y fue dirigido por Kurt Hoffmann, que se había basado en la novela de Thomas Mann.

Así trabajó en Los siete magníficos (1960) o Uno, dos, tres (1961), de Billy Wilder.

[cita requerida] Falleció de neumonía, que desarrolló tras una intervención quirúrgica necesaria para una fractura femoral a la edad de sesenta y nueve años, en Berlín, y fue enterrado allí, en el Waldfriedhof Dahlem.

Tumba de Horst Buchholz, en Berlín.