Frankie, mientras se ocultaba, recibe la visita del comandante de su unidad, Martin MacDuf (David O'Hara) que le comunica que será enviado a Nueva York para adquirir misiles antiaéreos Stinger para aumentar el poder de fuego del IRA.
La fachada empleada por Rory es perfecta, ya que además nadie lo buscaría en casa de un policía.
Toma contacto con Sean, quien también estaba en Nueva York, para iniciar la reparación de un pequeño barco mercante con el que trasladarían los misiles a Irlanda.
Tom O`Meara no tiene ninguna sospecha sobre su nuevo amigo, por lo que continúa su vida normal junto a su esposa Sheila (Margaret Colin) y sus tres hijas: Bridget (Julia Stiles), Morgan (Ashley Carin) y la pequeña Annie (Kelly Singer).
Al poco tiempo, Rory toma contacto con el abogado Peter Fitzsimmons, quien le hace entrega del dinero para la compra de los misiles.
En ese encuentro la joven Megan deja entrever que desde niña estuvo enamorada de Frankie/Rory.
Por ello, y siguiendo las instrucciones de Peter Fitzsimmons, Rory visita a Billy Burke para informarle que la entrega del dinero se suspendía hasta nueva orden.
A Tom y Sheila les parece muy extraño que los supuestos ladrones no se llevaran dinero, ni objetos.
Ahí se da cuenta de que Billy Burke y su gente habían asesinado a Sean, decapitándolo.
Mientras ellos conversan en la habitación de Megan, Tom llega a su casa y habla con Peter Fitzsimmons.
Megan coopera y Tom se entera sobre el siguiente paso a seguir por Rory.
Tras una persecución dentro del barco ambos hacen uso de sus armas, cayendo Tom herido en un hombro, y Rory empuña su pistola listo para matarlo.
Sin embargo, mientras le apuntaba comienza a temblar y cae al borde de un desmayo.