Considerada la obra cumbre del autor, está ambientada en el Nottingham obrero de los años cincuenta.
[1] Después de muchos años descatalogado en España, la editorial Impedimenta volvió a publicarlo en 2013.
Un día es detenido por robar una panadería, Smith es condenado a permanecer en Ruxton Towers en Essex, un borstal (reformatorio inglés) para jóvenes delincuentes.
Para Ruxton Towers ganar esta carrera sería un gran impulso para las relaciones públicas con los administradores de Borstal.
Aunque se encontraba muy adelantado y podía haber ganado fácilmente, deja que los otros corredores lo pasen y crucen la línea de meta, perdiendo así la carrera en un gesto desafiante dirigido contra los administradores de Ruxton Towers.
[2] La historia fue adaptada para una película en 1962 con el mismo título y ha sido una influencia muy importante en muchos ámbitos.
Entonces, una mañana, mientras estaba en un café, dos chicas jóvenes se sientan en su mesa, interrumpiendo su rutina de introspección.
La narración transcurre con insólita frialdad y hasta podríamos decir que con un toque de humor negro.
[10] En esta historia el autor explora la violencia ejercida sobre las mujeres en una sociedad esencialmente machista.
Cuando ese parece ser el final de la historia, la narración da un repentino giro y el lector asiste a la detención de Jim Scarfedale llevada a cabo por la policía.
La reputación de Frankie Buller en el barrio no puede ser peor: todos los padres le acusan de ser la persona que arrastra a sus hijos al vagabundeo y a un comportamiento vandálico.
Frankie Buller se marcha a combatir y la guerra le convierte ya, de manera irremediable, en un adulto.
Un sentimiento de tristeza inunda el relato cuando descubrimos a un Frankie Buller adulto que tiene una personalidad insignificante.
Emotivas –y significativas— las palabras con las que Alan Sillitoe concluye el relato: «Yo, con mis libros, no he vuelto a verle nunca más.